La dama del perrito.
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El cliente del 7ºB contempla de su nuevo e instalado mueble de cocina. El carpintero y su ayudante bajan en el ascensor con la satisfacción del deber cumplido.
En el hall de acceso al edificio se encuentran con una situación.
La anciana, triste y apesadumbrada, pide ayuda para cargar su (pesada) caja en el taxi que la espera en la puerta. Acceden. Entre ambos cargan el bulto de cartón (envuelto) en el asiento trasero del auto.
Entre tímidos agradecimientos la anciana vuelve a disculparse: - ¡¡Aay el mondero!! – exclama - ¿me espera un momentito que subo a buscarlo? – invita al taxista que asiente.
El carpintero y su ayudante toman de sendos brazos a la mujer y la acompañan de regreso a la puerta del ascensor.
- Estoy tan triste que ya voy a perder la cabeza – se lamenta – se me murió Diana, mi perrita, mi única compañía y tengo que llevarla a enterrar pobrecita!!!
El ascensor sube. El carpintero y su ayudante ven desde el hall como el taxista cierra la puerta trasera de su auto, vuelve a subirse, pone primera y desaparece raudamente, acaso con la adrenalina que el hallazgo de un premio inmerecido provoca.
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