Sensibilidad de Lonardi.
En la primera hora del 16 de septiembre de 1955, el general Eduardo Lonardi, acompañado por una decena de oficiales y de civiles, salió de una finca situada en la localidad cordobesa de La Calera; ingresó en la Escuela de Artillería, donde se le facilitó el acceso; entró al dormitorio del jefe de la unidad, lo intimó a sumarse a la revolución y, ante un amago de resistencia, le descerrajó un balazo que le rozó la oreja. Previamente había impartido esta consigna: "Hay que ser brutales y proceder con la máxima energía".
Con este hecho comenzó la Revolución Libertadora.
Recuerda Susana Lonardi (hija): "En Córdoba murieron muchos chicos en la Escuela de Infantería, y papi los vio al entrar al cuartel cuando concluyó la lucha; se le cayeron las lágrimas, era muy sensible..."
María Sáenz Quesada - La Libertadora, Sudamericana, 2007
.
María Sáenz Quesada - La Libertadora, Sudamericana, 2007
.
0 comentarios